Esta dimensión de la IE se centra en entender de otra forma la inteligencia del ser humano, dejando en un segundo plano los aspectos cognitivos, como la memoria o la capacidad para resolver problemas.
Cuando hablamos de Inteligencia Emocional, nos referimos a la afectividad, tanto por los demás como por nosotros mismos; de tener en cuenta nuestras emociones, cómo gestionarlas; mantener un auto control, controlar los impulsos...
Goleman expone que existen cuatro dimensiones básicas que forman la IE:
- Auto-conciencia: capacidad para entender lo que sentimos.
- Auto-motivación: capacidad de orientarnos hacia nuestras metas, conseguir nuestros objetivos.
- Conciencia social y EMPATÍA: capacidad de ponernos en el lugar del otro.
- Habilidad para relacionarnos: comunicarnos con los demás, habilidad para conectar con los demás.
Daniel Goleman nos recuerda la importancia de ser competentes en nuestras cuatro áreas.
“La clave para alcanzar un alto cociente intelectual colectivo es la armonía social”